Enciéndanse
las nuevas luces del viejo varietés,
puede volver
el bailarín que imitaba a Fred Astaire.
Hoy como ayer
necesitamos olvido y el placer
de ver a los artistas,
esos ilusionistas
que hacen el mundo desaparecer.

Prepárense
frac trajinado y harapos de lamé.
Siempre es igual,
cartón pintado y un fondo musical.
Disimular,
el espectáculo debe continuar,
la concurrencia espera:
sonrisas por afuera
y por adentro ganas de llorar.

Pasaron guerras y revoluciones,
perdimos unas cuantas ilusiones,
no la del cuento extraordinario
que alguien repite desde un escenario.

Tuvimos padres que nos castigaron,
tuvimos hijos que nos criticaron.
Somos idénticos, delante
la feria mágica de los cantantes.

En el music-hall
es Judy Garland eterna como el sol
o el nadie aquel
que espera un día cantar como Gardel.
Una canción,
la moda cambia, no la fascinación.
¡A escena los artistas,
mientras el mundo exista

no se suspende la función!
          María Elena Walsh 
          El viejo varieté 

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